Capítulo 43
Cristina percibió al instante su reacción.
Usó el codo y le golpeó el pecho:
—Gonzalo, debes estar tranquilo.
La voz de Gonzalo era ronca:
—Estoy en paz, pero está inquieto. No puedo controlarlo.
Cristina estaba avergonzada y molesta.
Gonzalo retrocedió un poco y volvió a tirar de la colcha metiéndola un poco entre los dos, aislando este poco de vergüenza.
—Ya no estás enfadada, ?verdad? —la engatusó cuando lo terminó.
El aliento caliente roció la oreja de Cristina, lo que le dejó sentirse muy cómoda.
—Date prisa y vete a dormir —Ella dijo.
Después de una noche sin dormir, Gonzalo realmente tenía mucho sue?o. Al oler su aroma, pronto se quedó dormido.
Cristina sabía que ella era como una almohada para hacerle dormir bien, así que tampoco se fue.
Cristina cogió su teléfono móvil, editó un mensaje de texto y lo envió.
Pronto, hubo una respuesta desde allí.
[?Se?or! ?Has venido a Ciudad Viento? ?De verdad?]
Cristina miró el mensaje y le contestó.
[Sí, reúnete conmigo a las siete de la tarde.]
El mensaje que llegó desde allí fue otra serie de palabras excitadas como si esa fuera la única forma de expresar su emoción.
Anteayer, Cristina tenía que ir directamente, pero se retrasó. Así que hoy ha avisado a su aprendiz antes de tiempo.
Gonzalo había dormido bastante bien hoy y como Cristina ya no estaba enfadada con él. Estaba de muy buen humor y le permitió ir a Casino Nightmist.
Después de cenar, Cristina se dirigió directamente al sitio.
Aunque solo eran las seis, ya había mucha gente aquí.
La planta baja brillaba con luces de colores. Muchas personas se retorcían en la pista de baile con el ritmo.
Cristina no le gustaba mucho este tipo de lugar ensordecedor.
No había estado en esos lugares desde que era Isabella.
Los ojos de mucha gente se posaron en ella cuando Cristina acababa de entrar en Casino Nightmist.
Algunas personas no la reconocieron y le silbaron.
Cristina lo ignoró y miró hacia arriba y alrededor buscando a su discípulo Bella.
Hace tres a?os, cuando estaba en Escuela de Medicina, Bella quiso adorar a su maestro, solo para ser empujada a ella y convertirse en su discípulo.
Debido al estatus de Isabella y al cuidado del estado de ánimo de Ernesto. Mantuvo su identidad oculta y no se reunió con él.
Le ense?ó en línea y esta era la primera vez que se encontraban fuera de línea.
Solo que ella venía a ver a Bella como Cristina y no sé si él lo creería.
Cristina bajó la mirada y envió un mensaje a Bella:
[He llegado.]
En cuanto se envió el mensaje, levantó la vista y vio a un hombre de pie frente a ella, midiéndola con incertidumbre.
Cristina miró al hombre guapo y ligeramente delgado que tenía delante:
—?Pasa algo?
En cuanto el hombre escuchó la voz, sus ojos se iluminaron:
—Es realmente, creí reconocer a la persona equivocada.
Cristina era muy guapa, acababa de llegar y estaba tan deslumbrante que mucha gente le tiraba los tejos.
Cuando la gente la vio, pensó que le resultaba familiar como Cristina.
Pero la antigua Cristina, con su maquillaje ahumado y sus grandes labios rojos. Tenía un peinado de varios tipos.
Y por esta noche, Cristina iba simplemente atada en una coleta alta con una camiseta y unos vaqueros. Era inocente como una estudiante de secundaria.
Así el hombre no la reconoció.
Cristina miró al hombre y finalmente recordó, entonces sus cejas se fruncieron aún más.
Porque, este era el hombre que gastó 10.000 euros al mes para adoptar, Fernando.